• Para paredes grandes, opta por cuadros grandes o una composición de varios cuadros pequeños.
• En espacios pequeños, un cuadro mediano o una serie de cuadros alineados pueden funcionar bien.
• Si el cuadro irá sobre un mueble (sofá, cama, mesa), su ancho no debe superar el 70% del mueble.

3. Juega con los colores y la armonía del ambiente

Los colores de los cuadros deben complementar la paleta de tu hogar. Algunas estrategias son:

• Contraste: Si tu pared es neutra, cuadros con colores vibrantes pueden resaltar.
• Tonos armónicos: Si tu decoración es cálida (tonos tierra, beige), elige cuadros en tonos similares.
• Monocromía: Un cuadro en blanco y negro funciona bien en casi cualquier ambiente.

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4. Elige el tipo de enmarcado adecuado

El marco puede hacer que un cuadro se vea elegante, moderno o más informal. Algunos estilos incluyen:

• Marcos de madera para una sensación acogedora.
• Marcos metálicos para un look moderno e industrial.
• Sin marco para un estilo minimalista y contemporáneo.

5. Ubicación estratégica: dónde colocar los cuadros

• En la sala de estar, los cuadros grandes o composiciones tipo galería son ideales.
• En el dormitorio, se recomienda arte relajante o inspirador sobre la cabecera de la cama.
• En el comedor, cuadros abstractos o temáticas gastronómicas son una buena elección.
• En pasillos o escaleras, una serie de cuadros pequeños crea un efecto dinámico.

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Elegir los cuadros adecuados para tu hogar no solo realza la decoración, sino que también refleja tu personalidad y estilo. Ya sea que prefieras arte abstracto, fotografías o ilustraciones, la clave está en mantener un equilibrio entre el tamaño, los colores y la disposición en el espacio. ¡Anímate a experimentar y convierte tu hogar en una galería única!