No te dejes engañar: Claves para identificar a un mentiroso compulsivo
¿Sospechas que alguien miente constantemente? Descubre las señales que delatan a un mentiroso compulsivo y aprende a protegerte de engaños.
La mitomanía, un trastorno poco conocido, pero profundamente perturbador, se caracteriza por una compulsión crónica a mentir de manera patológica, sin un motivo aparente ni un beneficio tangible. “Los mitómanos sienten la necesidad de crear mentiras detalladas y elaboradas que ellos mismos llegan a creer”, explica la psiquiatra Laura Villamil, quien ha dedicado parte de su carrera al estudio de esta condición. A diferencia de quienes mienten ocasionalmente por vergüenza o conveniencia, los mitómanos lo hacen de forma impulsiva y recurrente. “Pueden mentir sobre asuntos triviales o cotidianos, independientemente de si obtienen algo a cambio”, añade Villamil. Este comportamiento suele ir acompañado de una negación persistente, incluso cuando la falsedad es evidente, y de una predisposición a reaccionar con enfado si se cuestiona su relato. Detectar a un mentiroso compulsivo no siempre resulta sencillo, pero existen patrones comunes que pueden revelar su conducta: Aunque el origen exacto de la mitomanía sigue siendo un misterio, se ha asociado con experiencias traumáticas en la infancia, como el abuso físico o emocional. “Crecer en un entorno donde los padres mienten con frecuencia también puede predisponer a este comportamiento, ya que los niños tienden a imitar lo que ven”, apunta la Dra. Villamil. Otros factores de riesgo incluyen baja autoestima, necesidad de aprobación y, en ciertos casos, lesiones cerebrales. Este patrón de mentiras puede escalar hasta afectar gravemente las relaciones personales y laborales del individuo. Las personas con este trastorno suelen compartir ciertos rasgos: Además, con frecuencia presentan trastornos psiquiátricos asociados, como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno narcisista. La compulsión por mentir puede tener repercusiones significativas en la salud emocional. Entre los efectos más comunes se encuentran la depresión, la ansiedad, el aislamiento social e, incluso, la ideación suicida. A pesar de esto, existe esperanza para quienes buscan ayuda. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz para abordar este problema desde su raíz, trabajando en aspectos como el fortalecimiento de la autoestima, el control de impulsos y la reestructuración de pensamientos distorsionados. El mayor reto radica en que la persona reconozca su problema y esté dispuesta a cambiar. “Es fundamental que el paciente se comprometa a ser completamente honesto, algo que puede ser muy complicado al inicio”, señala Villamil. Aunque la mitomanía aún no está formalmente clasificada como un trastorno mental, requiere más investigación. “Debemos profundizar en las causas de este comportamiento para desarrollar tratamientos más efectivos y apoyar a quienes luchan contra este impulso incontrolable de distorsionar la realidad”, subraya la especialista. Con el apoyo adecuado y un compromiso genuino, es posible mitigar los efectos de la mitomanía y construir una vida basada en la honestidad y la confianza. Mónica Lizette Castellanos Osorio Sistema Integrado DigitalCómo identificar a un mitómano
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Consecuencias para la salud mental
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